Syrinx, también conocida como «La Flauta de Pan», es una pieza para flauta sola compuesta por Claude Debussy en 1913. La pieza se basa en la mitología griega y cuenta la historia de Pan, el dios de la música y la naturaleza, quien se enamora de una ninfa llamada Syrinx.
Debussy compuso esta pieza en un momento en el que estaba explorando nuevas técnicas y estilos compositivos, y en la que se sentía atraído por la música folklórica y popular. Este interés se refleja en la pieza, en la que se utilizan melodías y ritmos tradicionales, así como también en la utilización de efectos especiales en la flauta, como el glissando y el vibrato.
Una de las características más notables de Syrinx es su uso innovador de la flauta sola. Debussy utiliza la flauta para crear una variedad de sonidos y efectos, desde suaves y melódicos hasta estridentes y agudos. La pieza también incluye una gran variedad de ritmos y dinámicas, lo que la hace especialmente desafiante para el intérprete.
Syrinx también se caracteriza por su uso de las técnicas de la impresión, un movimiento artístico que buscaba plasmar en la música los mismos efectos visuales y emotivos que se encuentran en la pintura y otras artes. En este sentido, la pieza tiene un gran poder evocador y es capaz de transmitir una gran variedad de sensaciones y emociones.
En resumen, Syrinx es una pieza para flauta sola compuesta por Claude Debussy en 1913, basada en la mitología griega y que destaca por su uso innovador de la flauta sola, su variedad de sonidos y efectos, su gran variedad de ritmos y dinámicas, y por su uso de técnicas de la impresión. Es considerada una de las obras más importantes de Debussy y una de las más representativas de la música moderna de principios del siglo XX.